martes, 27 de julio de 2010

Anhelo de ingenuo

a vos, donde quiera que estés...

Me hice piedra para no llorar
Me hice llanto para ser del viento
Me hice aire para no escuchar
Me hice grito y me abrazé al silencio

Te hice sueños
Te hice palabras
Te hice tiempo inmortal

¿Quién escapa a esa garra sin nombre
a esa sombra sin dueño
a la amante desleal?

¿Y si robare un cristal a la luna
que te refleje en mi sábana azul?

Hoy, eres mi sueño de diamante
Dibujo tu voz en el aire
y tu risa en los espejos.

Hoy, te cubre un velo cristalino
una ternura de gorriones
en un nido de algodón.

¿Y si robare un destello al sol
y adornase con él tu cuello?
El mundo sería todo poesía
o todo canción.

Ahora pintarás nuevas estrellas
Nubes de óleo y esferas de azahar
Y un rubí, en secreto, para los cómplices
Sabedores de la inclemente verdad

Nada es tan frágil como el tiempo que nos queda