miércoles, 31 de marzo de 2010

Tiempo roto

Apagó el televisor y dejó el control remoto sobre la mesita color miel a su derecha; por primera vez desde aquel día, permitió que las lágrimas se escaparan de sus ojos, que los recuerdos se revolvieran en su mente, se anudasen en su estómago, se atorasen en su garganta. Su vista empañada permanecía fija en un Gabriel sonriente, inmóvil; eterno dentro de ese pequeño marco dorado. Indestructible. Ella no parpadeaba, observaba aquel rostro como si poco a poco algo dentro de sí estuviese huyendo para siempre.

Una última lágrima cayó y se recogió en su mejilla. Con una mano en la frente, suspiró y tragó saliva, y sintió al tiempo resquebrajarse como se resquebraja la porcelana vieja, lo sintió estallar y diseminarse por toda la alfombra, por todo el sillón, por la mesita color miel a su derecha, por toda la casa, en miles de trozos diminutos imposibles de volver a juntar.

Fue un segundo; un instante dentro de un segundo.

Tomó el control remoto con la mano libre – la otra aún sostenía su frente - y buscó con su dedo el botón de apagar; luego lo apretó apuntando a la cara de Gabriel.

Un nuevo suspiro y cerró los ojos.

4 comentarios:

  1. Me gusta mucho las cosas que escribis y la forma en las que las redactas. Lo digo por este y otros relatos que lei del blog, es muy interesante!!!!
    De este en particular me gusta la forma en la que describis la situación, no se como explicar y dejar bien expresado que me gustó jaja

    En fin, muy lindo el blog!!
    saludos!!!!!

    ResponderEliminar
  2. Me pregunto que estarían dando en la tele.




    Buena Semana!

    Lu

    ResponderEliminar
  3. genial Pablo, como siempre, ya casi una rutina, jaja
    ni bien lo lei se me aparecieron un monton de imagenes que espero poder plasmar pronto
    tengo nuevos trabajos que despues te paso y arreglamos para veernos
    saludos

    ResponderEliminar