lunes, 18 de julio de 2011

Palabras al tiempo

¿Eres tú, pequeña paloma
que recoge las migajas del tiempo?
¿Eres tú, avecilla blanca del día?

El tiempo,
insólito valle
de vegetaciones ocultas,
impredecibles flores
que se arrojan a un vacío
de ese abismo sin consuelo.

El tiempo,
cósmico mar
que arrasa castillos
de arena y de sueños.

Desarma tu cuerpo y hazlo tiempo.
El alma se pierde,
los ojos se encuentran,
toca el tiempo con tus dedos,
paloma mía,
y has de él un haz de luz ciega.

Viento
eres tiempo que se esparce.
Lluvia,
tiempo que regresa de otros tiempos.
El corazón clama al tiempo cobarde que no llega,
tema inagotable, filosa
curva de sable eterno.

Eco,
tiempo vano que imita otro tiempo.
Agua,
tiempo desnudo
que muere y resucita
en cada fracción,
en cada hoja que te surca,
en cada piedra que se duerme en tu honda profundidad.

Tiempo rebelde,
perro tiempo
se persigue la cola.
Memoria del cielo,
artesano del hombre.
Vida muerte
vida y resurrección.
Descansa en su cuna de ruinas
el tiempo dormido.
Se agota y despierta en cada campana,
vivido tiempo.

Sueño
eres todos los tiempos juntos.
Fuego
eres tiempo que se eleva.

Habla, canta,
pequeña paloma blanca,
que los muertos hacen del tiempo
el gran silencio,
como el olvido,
que es la muerte más desleal.

Amor
eres tiempo que se enreda.
Guerra,
tiempo que se va.

Tiempo que escribo y muere en cada palabra,
la escritura lo detiene y la voz lo pone en marcha.
Deliran los relojes
sin rumbo,
estallan los segundos en la tinta.
Eres vino imbebible, tiempo,
arcilla rala.

No hay verdaderas palabras para ti,
soberbio y embustero.
de todas huyes y a todas atrapas.
No eres río,
¿quién te engaña?
Vas y vienes
marea brava.

Y tú descansa, mansa paloma,
que no te aflija ni atormente mi silencio.
Cierra los ojos, suaves lunas, pues
hoy mi pecho es tu refugio contra el tiempo.

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